Especies: A. alba, A. balsamea, A. bracteata, A. concolor, A. cephalonica, A. grandis, A. nordmanniana, A. pinsapo, A. procera
Género formado por 55 especies que se desarrolla naturalmente en zonas montañosas. Son árboles que alcanzan de 10 a 80 metros de altura, con forma piramidal y ramas estratificadas, sobre las que se disponen hojas finas y aciculares (en forma de aguja). Las flores se agrupan en amentos, que al madurar producen piñas erectas, muy decorativas, de escamas caedizas. Precisan de ambientes frescos, con luz no excesiva y suelos húmedos, aunque hay algunas especies como A. cephalonica o A. pinsapo que soportan bien períodos de sequía y precisan ambientes soleados. Prosperan bien en suelos profundos y ácidos, aunque también hay excepciones, como en A. nordmanniana o A. pinsapo que medran mejor en suelos calizos.
Se confunden a menudo con las piceas y pinos, pero hay diferencias entre ellos. Los abetos tienen las ramas cubiertas de hojas aciculares y alternas, todas semejantes, aplanadas, adheridas al brote mediante ventosas redondeadas, son bastante más cortas que en los pinos. Las ramas de los abetos, cuando se secan, se conservan casi siempre las hojas, en las piceas por ejemplo se deshacen. Otra diferencia son el crecimiento de las ramas, que en los abetos raramente se inclinan hacia abajo, se desarrollan horizontalmente, casi perpendicular al tronco. Los frutos son conos cilíndricos entre 5 y 25 centímetros de largo, compactos, con escamas o brácteas, que se yerguen erectos sobre las ramas, agrupados cerca de la parte superior. Cuando maduran no se desprenden del abeto como las piñas de los pinos, sino que se descomponen liberando los piñones.
Están emparentados estrechamente con los cedros. Todas las especies son sensibles a las heladas, por lo que el trasplante sólo se debe realizar en épocas en las que no sean frecuentes éstas. Se caracterizan por tener un sistema radicular produndo, por lo que son adecuados para zonas con fuertes vientos. Precisan abonados a fondo de lenta actuación para mantener óptimas condiciones en los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio, ya que son sensibles a su carencia. Pueden verse atacados frecuentemente por hongos, podredumbres o marchitamientos fúngicos. En cuanto a plagas se ven a atacados por orguas de lepidópteros. Se multiplican por semilla.
Créditos:elhogarnatural.com