Jacaranda mimosifolia

NOMBRE CIENTÍFICO: Jacaranda mimosifolia D. Don.
Sinónimos: Jacaranda ovalifolia R.Br., Jacaranda acuatifolia Humb. & Bonpl…..

FAMILIA: Bignoniaceae.

NOMBRE COMÚN: Jacaranda, jacarandá, palisandro, karoba, tarco, ayoreo…

ORIGEN: Nativo de las regiones centrales de Sudamérica. En la confluencia de Paraguay, Argentina, Perú, Bolivia y Brasil

DISTRIBUCIÓN: Cultivado como ornamental en regiones cálidas, templadas y subtropicales, de todo el mundo.

DESCRIPCIÓN: Árbol semicaducifolio que puede alcanzar 25 de altura (en jardines, 6-12 m). Tallo con tendencia a retorcerse. Puede superar los 80 cm de diámetro en la base. Corteza pardo-grisácea y lisa en la juventud. Con los años se  va oscureciendo y fisurando. Las escamas se sueltan con facilidad. Ramificación abierta, extendida y erguida. Las ramas jóvenes son grises, lisas y lenticeladas. Copa poco densa, asimétrica, irregular o subglobosa. Puede llegar a medir 6 metros de diámetro. Sistema radicular no invasivo. Raíces fasciculadas. Especie de crecimiento moderado a vigoroso. Puede sobrepasar los cien años de edad.

Hojas opuestas, compuestas bipinnadas y de unos 30-40 cm de longitud. El haz es verde oscuro mientras el envés es de un verde pálido. Presenta unos 10-20 pares de pinnas subopuestas de hasta 15 cm de longitud montadas sobre un raquis alado. Cada pinna está a su vez compuesta de 15-30 pares de foliolos subopuestos, sésiles, oblongos, enteros, mucronados y pubescentes. El foliolo terminal es notablemente más grande que el resto. En climas con inviernos suaves el palisandro se comporta como especie perenne mientras que en sitios más fríos pierde las hojas a finales de invierno.

La floración del jacarandá es muy vistosa,  además de abundante y duradera. Suele presentar dos floraciones. La primera y principal se da en primavera, antes o al mismo tiempo que brotan las hojas nuevas. La segunda floración se da en otoño. Flores pediceladas, agrupadas en panículas terminales y piramidales, de unos 25 cm de largo. Las flores son grandes, tubulares, acampanadas, de unos 5 cm de largo y de un azul-violáceo. La base de la corola es pubescente y los lóbulos, asimétricos. Suavemente perfumadas.
El fruto es una cápsula leñosa, dehiscente, plana y de color marrón oscuro. Mide unos 5 cm de diámetro y al madurar, a finales de otoño, se abre en dos valvas que expulsan varias semillas comprimidas, aladas y marrones. El fruto, en cambio, permanece durante todo el invierno sobre el árbol.

ECOLOGÍA: Su entorno natural son los bosques caducifolios tropicales y subtropicales de Sudamérica. Se desarrolla en climas cálidos y suaves. Padece con temperaturas por debajo de 5ºC y solo resiste heladas débiles, poco duraderas. Los ejemplares jóvenes pueden morir si el termómetro roza los 0ºC. Rudeza climática 9-11 (USDA). Crece en zonas húmedas, a no mucha altitud respecto del nivel del mar.

Aunque tolera la semi-sombra, una exposición a pleno sol repercute en una mejor y copiosa floración. Sólo tolera cortos periodos de sequía. Resiste la contaminación urbana. Los vientos intensos producen importantes daños en el ramaje. No tolera los ambientes salinos. Se desarrolla en todo tipo de suelos. Resiste los suelos calizos y básicos, pero no los salinos. Prefiere los suelos areno-arcillosos, frescos, ricos, neutros a ácidos y húmedos, pero bien drenados.

MANEJO: Especie robusta y no muy exigente en cuanto a cuidados. En invierno bastará un riego mensual si las lluvias no acompañan. En verano hay que regar más a menudo, evitando los estancamientos. Si plantamos el jacarandá en un lugar amplio, podemos dejarla a su aire, con mínima o nula poda. Si nos decidimos por la poda, esta debe realizarse tras una de las dos floraciones y ha de ser ligera. Un corte intenso repercute en una menor floración y en unos brotes excesivamente vigorosos y verticales, comprometiendo el porte natural del árbol. La poda de mantenimiento se limita a eliminar las ramas viejas, cruzadas, enfermas…

Conviene mantener un buen nivel de materia orgánica en el suelo mediante un aporte anual de estiércol, humus, compost… a finales de invierno. Los abonos ricos en potasio favorecen la resistencia del jacarandá a las heladas. No presenta grandes problemas de plagas y enfermedades. Plagas: pulgones… Enfermedades: Xanthomonas spp, negrilla, pudriciones de la raíz por exceso de agua. Fisiopatías: hojas amarillentas, cloróticas, puede ser, entre otras causas, por falta de riego.

Se propaga mediante semilla. Se realiza una siembra directa en primavera u otoño. La multiplicación vegetativa no es muy efectiva. Estaquillas semi-leñosas ayudadas con hormonas enraizantes. Mal comportamiento frente al trasplante, de realizarse, las épocas indicadas son primavera y otoño. Las variedades ornamentales se pueden injertar.

USO ORNAMENTAL: En países sudamericanos como Argentina y Paraguay es uno de los árboles más cultivado como ornamental en parques, jardines y avenidas. Pocos árboles presentan una floración primaveral tan espectacular y duradera. Se puede plantar aislado, como ejemplar destacado, o formando arboledas. También se usa en alineaciones de caminos, veredas y calles. Plantado al lado de un estanque o un lago produce un gran efecto en combinación con su reflejo en el agua. El gran tamaño que puede alcanzar lo desaconseja para jardines pequeños o medianos. Cuando caen las hojas produce una bella alfombra azul. Su sombra no es muy densa

OTROS USOS: Madera ligera y trabajable. De color crema con tonos rosados y vetas cortas muy marcadas. Se emplea en ebanistería.

COMPARTE EL ARTÍCULO

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on email
Email