Santolina, arbusto para jardines costeros. El color verde pálido de las hojas y la tonalidad amarilla de las flores, junto a la enorme versatilidad en el jardín son las características más notables de la santolina (Santolina chamaecyparissus), especie fantástica para cultivar en jardines costeros.
Esta planta perenne es nativa de la región del Mediterráneo y como tal, muy resistente al sol, la sequía e incluso a las inclementes heladas de los meses más fríos. Su cultivo es sumamente sencillo, y la única contraindicación es evitar plantarla en suelos arcillosos o muy ricos en materia orgánica.
La santolina se desarrolla mucho mejor cuando el suelo tiene buen drenaje y debe ubicarse a pleno sol; requiere riegos escasos y abonos frecuentes durante la primavera. En cuanto a la poda, es conveniente realizarla después de cada verano -pasada la floración- y, más o menos cada dos o tres años, una más fuerte que vuelva a darle forma a la planta.
¿Usos en jardinería? Teniendo en cuenta el crecimiento y la altura del arbusto, de 30 a 50 cm, resulta ideal en jardines de ocalla, para setos o borduras, como planta tapizante e incluso para practicar el arte de la topiaria.
Más ventajas para el cultivo de esta planta tan rústica son su resistencia al ataque de plagas y enfermedades y la facilidad para la multiplicación: se realiza por esquejes a fines de primavera, cuando están más frescos; o a principios de otoño, al alcanzar la madurez.
Fuente: Jardinería.pro